Independientemente del valor de la tasación de una vivienda, todo inmueble ha de tener como referencia un valor catastral oficial. Pero, ¿qué es y cómo se hace una valoración catastral?
El valor catastral de una vivienda, o de cualquier otro bien inmueble, es la valoración que de él lleva a cabo el Catastro. Éste, por su parte, es un registro administrativo dependiente del Ministerio de Hacienda en el que, tras la evaluación previamente mencionada, se incluyen las descripciones de los distintos bienes inmuebles que existen en el territorio nacional.
¿Para qué sirve el valor catastral?
El valor catastral es utilizado, por parte de las Administraciones que lo requieren, para el cálculo de impuestos como:
– IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles)
– ITP (Impuesto de Transmisiones Patrimoniales)
– AJD (Actos Jurídicos Documentados)
– IP (Impuesto sobre el Patrimonio)
– ISD (Impuesto de Sucesiones y Donaciones)
¿Cómo se calcula el valor catastral de un inmueble?
Son varias las vías que permiten la consulta del valor catastral de un inmueble, asignado por Hacienda, destacando:
– El recibo del IBI
– La declaración de la renta
– La Sede Electrónica del Catastro (con el certificado digital o el DNIe)
– Los puntos de información catastral que podemos localizar en este enlace:
https://www1.sedecatastro.gob.es/CYCBienInmueble/SECBusquedaPIC.aspx
– La gerencia del Catastro que haya en la provincia (justificando la titularidad del inmueble)
Se necesita la referencia catastral, de 20 dígitos, para llevar a cabo este sencillo trámite que, además, no tiene coste.
¿Qué factores influyen en el cálculo del valor catastral de una vivienda?
El cálculo del valor catastral de una vivienda se verá condicionado por una serie de factores, entre ellos:
- Ejecución material de la construcción en sí, para la que se consideran desde costes de construcción, beneficios de la contrata, hasta honorarios profesionales, tributos, uso, calidad, antigüedad, etc. Si hubiera gastos de producción y beneficios de la actividad empresarial de promoción, también se considerarían al calcular el valor catastral de la vivienda.
- La localización del inmueble y todo lo que la rodea, es decir, circunstancias urbanísticas, explotación del terreno, productividad de la región, etc.
- El tamaño es también un factor que influye, y mucho, en la valoración catastral (siendo más alta cuanto mayor sea la superficie del inmueble) al igual que la distribución.
- El estado de conservación del inmueble es otra de las causas por las que aumenta o disminuye el valor catastral de un inmueble (dependerá, en todo caso, de si se ha mantenido en buenas o malas condiciones).
- La calidad de los materiales que se han utilizado en la edificación del inmueble.
- El equipamiento “adicional” que se ha incorporado y que dará un mayor bienestar al propietario (aire acondicionado, domótica, etc.).
- La eficiencia energética de la vivienda, o cualquier otra edificación, la cual se refleja en la incorporación de paneles solares, sistemas de aerotermia, etc.
- El valor de mercado que tenga la vivienda o el inmueble evaluado.
En relación con este último punto, el valor catastral de la vivienda obtenido tras el cálculo no podrá superar el valor de mercado. Es decir, la cifra inscrita en la administración será siempre inferior a la resultante de cualquier tasación o de cualquier proceso de compra-venta. Por ello, no debemos fijarnos solo en este valor, sino que sopesa también el auténtico valor de mercado.