En los últimos años y especialmente tras la pandemia de COVID-19, el teletrabajo ha experimentado un auge sin precedentes. En ciudades como Barcelona, donde muchas personas ahora trabajan desde casa, esta nueva realidad ha impactado profundamente en la convivencia dentro de las comunidades de vecinos. El hogar, antes visto como un lugar de descanso, se ha convertido en oficina, gimnasio, y espacio de reuniones virtuales. Este cambio ha traído consigo nuevos desafíos y oportunidades para las comunidades de propietarios y el papel del administrador de fincas se ha vuelto más relevante que nunca.
El impacto del teletrabajo en la convivencia
Con más personas trabajando desde casa, ha aumentado el uso de las zonas comunes, los servicios compartidos y a menudo, los conflictos entre vecinos. Por ejemplo, ruidos durante horas laborales, problemas con la conexión a internet compartida, o el aumento de las solicitudes para realizar reformas, ya que muchos vecinos han decidido adaptar sus hogares para hacerlos más cómodos y funcionales como espacios de trabajo.
El teletrabajo también ha intensificado la necesidad de gestionar adecuadamente las zonas comunes, ya que muchos vecinos pasan más tiempo en casa y buscan utilizar espacios como terrazas, patios o jardines para despejarse y socializar al mismo tiempo. La sobreutilización de estos espacios puede generar tensiones si no se gestionan adecuadamente las normas de uso.
Desafíos comunes derivados del teletrabajo
Uno de los problemas más comunes que han surgido en las comunidades es el ruido durante las horas laborales. Los vecinos que teletrabajan necesitan tranquilidad para concentrarse, pero la vida en comunidad no siempre permite este silencio. Reparaciones, obras o incluso las actividades cotidianas de otros vecinos pueden convertirse en una fuente de estrés.
Otro desafío es el uso del espacio y las instalaciones comunes. Con más personas pasando tiempo en casa, el uso de áreas como las salas comunitarias o los jardines puede generar conflictos si no se establecen reglas claras.
El rol del administrador de fincas en la gestión de conflictos
El administrador de fincas puede colaborar para intentar mejorar la convivencia en tiempos de teletrabajo.
En junta de vecinos, si no se dispone de las mismas, se puede proponer la creación de normas comunitarias de régimen interno o inclusión de algunos puntos, si éstas ya existieran, que establezcan un código de conducta con pautas claras sobre el uso de zonas comunes, asegurando que todos los vecinos entiendan y respeten las reglas.
Digitalización y nuevas tecnologías en la gestión comunitaria
El teletrabajo también ha impulsado la digitalización en las comunidades de vecinos. Cada vez más, se utilizan plataformas digitales para facilitar la comunicación entre los residentes y el administrador de fincas. Estas herramientas permiten una gestión más eficiente de incidencias, reuniones y consultas y son especialmente útiles.
El uso de plataformas digitales para gestionar las reuniones de vecinos por ejemplo, ha hecho que sea más fácil para los propietarios participar, incluso si están teletrabajando o tienen horarios complicados. Además, estas herramientas permiten una comunicación más fluida y directa entre los vecinos, lo que puede ayudar a reducir los malentendidos y mejorar la convivencia.
Oportunidades para la comunidad
A pesar de los desafíos, el teletrabajo también ofrece oportunidades para mejorar la vida comunitaria. El hecho de que más vecinos pasen tiempo en casa puede fomentar un mayor sentido de comunidad y colaboración. Los residentes pueden unirse para mejorar los espacios comunes, organizar actividades conjuntas o crear iniciativas que beneficien a todos, como proyectos de sostenibilidad o eficiencia energética.
La clave para una convivencia exitosa en tiempos de teletrabajo es la comunicación, la cooperación y la capacidad de adaptación.