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El Govern de Catalunya anunció el mes pasado el levantamiento de las medidas de excepcionalidad por la sequía en la comunidad autónoma de Barcelona. Esta decisión marca el fin de una serie de restricciones que habían sido implementadas para hacer frente a uno de los periodos más secos de los últimos años, aunque no hay que bajar la guardia porque seguimos en situación de alerta por sequía.

Contexto de la sequía

Barcelona ha enfrentado una sequía severa durante varios meses. Las lluvias fueron escasas y las temperaturas inusualmente altas, lo que llevó a una disminución significativa en los niveles de los embalses y acuíferos. Esta situación preocupante llevó al Govern a implementar una serie de medidas de emergencia destinadas a preservar el agua y garantizar el suministro básico para la población.

Entre las medidas adoptadas se incluyeron restricciones en el uso del agua para el consumo doméstico, la agricultura y la industria. Las fuentes públicas fueron cerradas, se prohibió el riego de jardines y se restringió el uso de agua en actividades recreativas. Estas limitaciones, aunque necesarias, impactaron en diversas áreas, desde la agricultura hasta el turismo, y generaron un clima de preocupación e incertidumbre entre los ciudadanos.

La recuperación de los recursos hídricos

La reciente mejora en las condiciones meteorológicas ha permitido una recuperación gradual de los recursos hídricos en la comunidad autónoma de Cataluña. Las lluvias de las últimas semanas han sido más frecuentes y abundantes, contribuyendo a la recuperación de los niveles de agua en la mayoría de los embalses y acuíferos. Según datos proporcionados por la Agencia Catalana del Agua (ACA), los embalses de Cataluña han alcanzado niveles que permiten garantizar el suministro de agua sin necesidad de mantener las medidas de excepción.

El Govern ha seguido de cerca esta evolución y, tras un análisis detallado de la situación, ha decidido levantar las restricciones, pasando a situación de alerta. Esta decisión no solo es un alivio para los ciudadanos, sino también para los sectores económicos que se vieron afectados por las limitaciones más estrictas.

Medidas futuras y la importancia de la gestión sostenible

Aunque las restricciones se han levantado, el Govern ha enfatizado la importancia de continuar con una gestión sostenible del agua. Se ha subrayado la necesidad de seguir promoviendo el ahorro de agua y de utilizar este recurso de manera responsable. La situación de sequía ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la zona frente a los cambios climáticos y la importancia de implementar políticas a largo plazo que aseguren la disponibilidad de agua en el futuro.

El conseller de Territori i Sostenibilitat, en una reciente rueda de prensa, destacó que «la experiencia de estos meses debe servirnos para aprender y mejorar nuestras estrategias de gestión del agua. Es fundamental que sigamos trabajando en infraestructuras y tecnologías que nos permitan enfrentar futuras sequías con mayor resiliencia».

El levantamiento de las medidas de excepcionalidad por la sequía es una noticia alentadora que marca el fin de un periodo de restricciones y preocupaciones. Sin embargo, es también un recordatorio de la importancia de una gestión sostenible y responsable de los recursos hídricos. La comunidad debe permanecer alerta y comprometida con prácticas de ahorro de agua para asegurar un futuro en el que situaciones como esta sean menos frecuentes y menos severas.

La cooperación entre el Govern, los ciudadanos y los sectores económicos será clave para construir un territorio resiliente frente a las amenazas climáticas, garantizando así un abastecimiento de agua seguro y sostenible para todos.

Actualmente, en el marco de situación de alerta así quedan las restricciones en Barcelona:

  • Consumo máximo de 250 litros por habitante y día (tras los 230 de la fase de excepcionalidad).
  • Riego de jardines y zonas verdes entre las 20.00h y las 8.00h, con mínima agua imprescindible.
  • Permitido el riego de jardines particulares, como máximo dos días por semana.
  • Permitida la limpieza de calles con el mínimo gasto de agua indispensable. Siempre que sea posible, deberá priorizarse el uso de agua regenerada o que no proceda de red.
  • Se permite llenar o rellenar piscinas siempre y cuando dispongan de sistema de recirculación del agua.
  • En centros educativos, se pueden llenar completa o parcialmente las piscinas desmontables de menos de 500 l. destinadas a baño de los niños.
  • Permitida la limpieza de vehículos, solo en establecimientos comerciales profesionales con sistemas de recirculación del agua.
  • Prohibido utilizar el agua para eliminar el polvo en suspensión.
  • Prohibición de llenado o rellenado de fuentes ornamentales, lagos artificiales y otros elementos de uso estético del agua. Sí está permitido en lagos artificiales imprescindibles para mantener la vida acuática.
  • En las granjas se permite la cantidad necesaria para dar de beber a los animales, limpiarlos y mantener limpio el recinto.